Los procesos metacomunitarios tienen el potencial de determinar la mayoría de las características de la estructura de las comunidades. Sin embargo, los trabajos se han enfocado principalmente en los patrones de diversidad de especies. El anidamiento, la modularidad y la distribución en damero de la ocurrencia espacial de las especies son propiedades básicas de las comunidades. Estos patrones surgen de la interacción entre la diversidad funcional, la heterogeneidad espacial y la disponibilidad de recursos dentro de las comunidades. Además, el pool de especies disponibles para el ensamblaje está determinado por la conectividad de la comunidad, afectando así su patrón de co‐ocurrencia de especies. A pesar de las reconocidas expectativas teóricas, el cambio en los patrones de ocurrencia dentro de las comunidades a lo largo de gradientes ecológicos ha sido poco considerado. Aquí, analizamos la ocurrencia espacial de especies animales dentro de 18 charcos temporales y su relación con las características ambientales y el aislamiento geográfico de los charcos. Los charcos aislados presentaron alto anidamiento espacial mientras que los charcos de alta conectividad una distribución de ocurrencias modular y en damero. Por un lado, la baja diversidad funcional en charcos aislados, determinaría que los filtros microambientales afecten la riqueza de especies sin reemplazo espacial entre grupos funcionales, promoviendo un arreglo anidado de ocurrencias. Por otro lado, la alta diversidad funcional en charcos con alta conectividad y heterogeneidad permitiría el reemplazo espacial de especies en gradientes microambientales, determinando los patrones de segregación observados. La biomasa vegetal promueve el anidamiento, probablemente debido al aumento observado en la variación espacial de la biomasa con la biomasa media. La riqueza vegetal también redujo la segregación espacial de los animales dentro de las comunidades. Este resultado puede deberse a que la alta diversidad de plantas de los charcos es también observada a nivel de unidades muestreales, favoreciendo esto la coexistencia espacial de especies. El arreglo espacial de especies dentro de las comunidades estudiadas estaría determinado tanto por factores locales como la heterogeneidad, como por procesos regionales operando a través de la dispersión de individuos entre comunidades. Los patrones de co‐ocurrencia de especies están interrelacionados con la diversidad comunitaria y las interacciones bióticas, y consecuentemente con la mayoría de las propiedades estructurales y funcionales de las comunidades. Este estudio evidencia la importancia de la conexión entre procesos metacomunitarios y la co‐ocurrencia espacial de especies para comprender el ensamblaje y funcionamiento de la biodiversidad.